jueves, 1 de noviembre de 2012

Opinion y voluntad del paciente


Paciente de 72 años con antecedentes de HTA, DM, insuficiencia renal y cáncer de páncreas avanzado, lleva ingresado más de un mes en el hospital por inestabilidad de síntomas, trasladándole a la Uci para investigar si presenta abscesos hepáticos o  presenta  metástasis (hay controversia). Durante la estancia en UCI  se encuentra consciente y orientado, presenta buen estado hemodinámico y porta 3 drenajes, uno de tipo pancreático que drena de forma abundante, otro hepático de tipo redón, y otro perihepático. Comienza a quitarse los cables que monitorizan sus constantes vitales y  refiere que no quiere hacerse más pruebas, ni que le coloquen más aparatos, ni vías, que el quiere irse a su casa a descansar, comenta  que es consciente de su estado de salud  y que quiere morir en su casa en compañía de su familia. Sin embargo no se le hace caso, y se le mantiene ingresado. Al día siguiente muere en la UCI, sin poder despedirse de su familia y con una perfusión de noradrenalina sufriendo.

 Se me plantean cuestiones del tipo: ¿Porque no se ha tenido en cuenta la opinión del paciente? ¿Porque no se le ha dejado morir en su casa? ¿Porqué continuaba ingresado en la Uci si se encontraba bien hemodinámica mente? ¿No es un derecho del paciente terminal el querer vivir sus últimos días con su familia si este así lo desea?  ¿Por qué la gente prefiere morir en casa? ¿Por qué no se le derivó a una unidad de cuidados paliativos que continuase los cuidados en su casa? ¿Es lícito adoptar cualquier estrategia médica a fin de intentar retrasar ese momento de la extinción?, ¿ El paciente hizo testamento vital?


No entiendo porque no se ha hecho caso a la opinión del paciente, siendo este consciente de su estado de salud y siendo coherente en sus deseos, no decía nada “extraño”, ya que es normal que quisiera abandonar la unidad, porque llevaba mucho tiempo ingresado, martirizándole a técnicas que no le iban a servir para nada, porque el sabía desde hace mucho tiempo que iba a fallecer, por eso lo único que deseaba era morir en  casa en compañía de los suyos, porque son aquellos que le podían dar ese apoyo y calor humano que no puede ofrecer un profesional sanitario, es ese “morir a gusto”, en su hogar, rodeado de su gente, sin ser visto por extraños, ni ser tratado como un difunto más. Además  creo que concediendo ese deseo  tanto el paciente como el medio sanitario habría salido beneficiado , porque el paciente estaría contento porque se cumple su voluntad y el hospital  tendría  menos gasto sanitario.

Entiendo que quisieran hacerle pruebas, para saber a que grado de cáncer nos enfrentábamos, pero llegado  este momento en el que el paciente ya se encontraba bien hemodinámicante, habría sido más indicado el haberle derivado a su casa con su respectiva familia , manteniendo un seguimiento por los profesionales de cuidados paliativos.

Morir en casa es un deseo de muchos pacientes, y debe ser respetado, no debemos de privarle de su único y último deseo de voluntad, porque son ellos los que están sufriendo, los que van a pasar por el dolor  de sentir que ya no van a poder hacer lo que siempre han querido, que esta vez ha llegado el momento de abandonar el lugar y despedirse de todos.

Y  sin olvidarnos que es un derecho del paciente terminal el poder decidir si quiere morir en casa, ya que he investigado que la elección depende del grado de deterioro que presente el enfermo, además de su entorno y enfermedad, que en este caso estaba a su favor porque era consciente de lo que quería, tenía una enfermedad incurable y su familia le apoyaba.

Tal vez en esta ocasión nos hayamos obcecado por intentar salvar la vida del paciente, cuando ya es inevitable, sin percatarnos que lo que realmente se debería de haber hecho sería haber escuchado la opinión del paciente. Además de haber identificado los síntomas de agonía, para lo cual existen una serie de criterios que los profesionales sanitarios hemos de conocer para contribuir a una muerte digna sin sufrimientos añadidos.Evitando en la práctica de medidas compatibles con la obstinación terapéutica, también llamada ensañamiento o encarnizamiento terapéutico, en un intento irracional de luchar contra la muerte próxima e inevitable

-Una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de 2009 apuntaba que el 45% de los españoles desea que sus últimos momentos transcurran en su casa, un 31,9% prefiere un centro especializado y solo un 17,8% elegiría un hospital. Pero que algo se quiera no implica que suceda.

 -Si se toman los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) se ve que el 47,26% de los fallecimientos de 2008 (último año con datos) ocurrió en un centro hospitalario. Y ese porcentaje no ha hecho más que aumentar, ya que 1999, la proporción era del 34,6%.

El porqué la gente elige su casa para morir y no un hospital, yo creo que se debe a que en un hospital el personal sanitario ejecuta y decide por el paciente casi todo lo que él puede y debe hacer, las visitas que puede recibir, allí no hay tiempo para el enfermo y su familia se vayan adaptando gradualmente a esa pérdida de control.

Además el hospital es un lugar poco agradable para el paciente, habitaciones blancas, sin ningún adorno, con poca intimidad, la comida poco atractiva y sabrosa, lo que impide que el paciente pueda comer lo que le apetezca y sentirse cómodo.

En casa por lo contrario el enfermo puede ir cediendo poco a poco su control a la familia, con lo cual le será más fácil aceptar lo que le está sucediendo. Por otra parte el paciente tendrá más libertad para hacer lo que necesite o quiera en casa, nadie le molestará (ejemplo nadie le despertará  a las 8 de la mañana para ponerle el termómetro).Además el paciente en su casa va a poder tomar sus propias decisiones acerca de su enfermedad y cuidados, y esto  va a aumentar su autoestima y se sentirá útil.

…..El psicólogo Javier Barbero, que ha trabajado en atención domiciliaria, explica que en eso últimos momentos  "uno necesita tener su mundo almohadillado", y "lo cotidiano y lo cercano son elementos de protección"…..

La atención al final de la vida es competencia de los cuidados paliativos, todas las personas que desean morir en paz  pueden beneficiarse de ellos cuando sufren al  final de su vida por cualquier causa: cáncer que no responde al tratamiento, EPOC, demencia, IC,renal, hepática o enfermedades neurológicas (como ictus, parkinson, esclerosis múltiple o esclerosis lateral amiotrófica, entre otras). Por lo que se debería de haber derivado a un centro de cuidados paliativos, para que le llevasen un seguimiento en su domicilio, lo cual habría favorecido su bienestar y confort, y donde el papel de la familia y el entorno  habrían sido fundamentales en el paciente.

No debemos de olvidarnos que esa familia necesitará de nuestro apoyo, para afrontar ese duelo,  fallecimiento de ese ser querido, que ha venido de improvisto, sin poder despedirse de él, por no haber escuchado la opinión y deseos del paciente.


Esta página  de cuidados paliativos se la aconsejo a aquellos familiares de pacientes terminales, donde pueden ayudarles: http://www.morirencasa.org/

Además creo que deberíamos comprobar si el paciente hizo testamento vital, para saber si había reflejado sus últimas voluntades donde  quedase constancia de sus deseos,  y no se hubiera quedado en simples palabras  referidas por el paciente..


El testamento vital : Se entiende por "testamento vital" cualquier documento en el que su firmante exprese aquello que representa su voluntad acerca de las atenciones médicas que desea recibir, o no, en caso de padecer una enfermedad irreversible o terminal que le haya conducido a un estado en el que sea imposible expresarse por sí mismo.



…………Según mi punto de vista cada cual es el único dueño de su vida y de su muerte y, por ello, el único con derecho a decidir cuándo y cómo quiere poner término a su proceso vital doloroso y/o degradante del que sabe que no puede evadirse……………………..


1 comentario:

  1. Brillante reflexión Bea sobre los últimos momentos en la vida de una persona que tiene muy claro como quiere que sea el final de su vida. Tras la lectura de tu diario, me viene a la mente el utópico invento del testamento vital, algo que resulta indiferente cuando uno ve a diario que no se respetan la voluntades del enfermo terminal en muchisimos casos. Como tu bien dices, parece que importa mas la clasificación histológica del tumor y su estadiaje antes que los sentimientos del enfermo y sus necesidades y decisiones. Buenas referencias bibliograficas y buen planteamientio de cuestiones relacionadas directamente con el pensamiento enfermero.
    Sigue asi

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